Carles: Conozco
perfectamente tu visión romántica del futbol y por eso, me imagino, nunca estarías
de acuerdo con la idea de que se trata de uno de los más poderosos instrumentos
de colonización, un corruptor de identidades, ¿verdad?
Edu: En lo que se refiere
a la identidad, mi opinión es justo lo contrario. Y, eventualmente sí, con
relación a lo de la colonización.
Carles: Lo preguntaba por
que, según los resultados de una encuesta reciente, realizada por la Facultad de
Comunicaciones de la Universidad de La Habana, la mayoría de los cubanos
menores de 40 años manifestaron su mayor entusiasmo por fútbol que por el beisbol,
históricamente su deporte más tradicional. En realidad, ¿cuál de ellos estaría
más vinculado a la identidad cubana? Sin lugar a duda, la industria cultural ha
adoptado el fútbol como uno de sus productos estrellas de globalización, de
fácil asimilación y consumo. Pero el beisbol podría ser una clara seña de la
influencia norteamericana, pues responde al típico modelo deportivo yanqui,
fundamentado en la actividad física, pero bajo estrategia de juego de tablero.
Edu: Tú mismo lo has
dicho: la industria ‘adoptó’ al futbol, no que este hubiese nacido para ser
industria. Hace tiempo que defiendo la idea de que existen dos tipos de fútbol:
el 'esencial' y el 'de mercado'. Este último depende del primero que, sin
embargo, seguirá sobreviviendo siempre, con vida propia, independiente de lo
que el mercado pueda hacer.
Carles: O sea, estás de
acuerdo con mi primera hipótesis… el fútbol es (o puede ser) un poderoso
instrumento de distorsión de identidades y de raíces culturales. Impositivo por
ser invasivo, como todo el resto de formas de persuasión a través de la masificación
de ideas.
Edu: Masificado y, por lo
tanto, invasivo, quizá. Pero no necesariamente como un instrumento de distorsión
de identidades. El fútbol cuajó allá donde encontró una forma de identificación
con un deporte de matiz popular, o sea, algún tipo de vínculo con las raíces
culturales. ¿Por que crees que no ha sido así en Estados Unidos, Canadá o parte
del Caribe, o mismo en China, pese a la millonada invertida en la masificación,
en esos lugares? ¿Es un problema cultural o de identificación? Es una barrera
de raíz? Si el fútbol masificado o fútbol de mercado no dependiese del vínculo identitario, Estados Unidos seria el país con el mayor número de practicantes
de fútbol si consideramos las muchas intentonas de forjar aquel mercado. El
problema es que carecen de la esencia.
Carles: Cuajará, cuajará, no
te preocupes. Está claro que las aptitudes naturales favorecen la implantación,
además de otros factores. El fútbol es sencillo para el seguidor (no tanto para
quien lo practica) por ello es el gran elegido. Seguramente, los
norteamericanos no se consideran suficientemente populares para el "soccer",
que claramente menosprecian y consideran una práctica menor. No obstante, es innegable
que existen focos de su práctica en el país, vinculados a las colonias europeas
y latinoamericanas, que sostienen la escasa práctica del fútbol. En este caso
sí perdura una conexión con las raíces culturales. Una clara y manifiesta resistencia
a la imposición e otras culturas, echando mano justamente del fútbol (o
soccer).
Edu: Es obvio que existen
focos, y muchos. El fútbol femenino allí es uno de los más desarrollados del
mundo. Carles, es mucho más complicado ser tan artificial como propones y obtener resultados, digamos, técnicos para poder conseguir la
visibilidad que lo pueda proyectar al mercado.
Está claro que el fútbol tiene más posibilidades y quizá eso ayude a
explicar tu tesis del principio sobre Cuba. Pero piensa en el caso de América
do Sur de inicios del siglo XX. El fútbol llegó por una vía colonialista, los
ingleses. Aquí, en Argentina, en Uruguay. Era una práctica elitista, porque
nadie siquiera conocía las reglas, a no ser los estudiantes privilegiados que pasaban
por las escuelas británicas. ¿Por que no tuvo éxito entre las camadas más
populares? ¿Por que no permaneció entre las élites? ¿Por imposición cultural? ¿Gracias
a un tipo de marketing rudimentario que desconocemos si existiese entonces? Por
supuesto que no. Fue gracias a que demostró ser una forma de manifestación con
la que se identificaban las masas. Con el paso de los años, las élites fueron
siendo excluidas hasta transformarse en minoría.
Carles: Sin duda que se
encontró una mayor propensión a la aceptación. La industria cultural era embrionaria
y apenas se había desarrollado. Quizá fuera un tema de imitación o motivado por
la posibilidad de ascensión social por su reconocimiento como deporte da la
clases pudientes. Pero lo que yo discuto no es la fascinación que el fútbol pueda
exhalar. Eso es innegable. El gran crecimiento en Sudamérica tiene muy poco o
nada de impositivo. Hace parte de la génesis de un deporte que nace en Europa, pero
que alcanza la pubertad, la edad de la curiosidad y creatividad, en el continente
americano. Podríamos decir que se trata de un resurgimiento o mismo de una
reinvención sin la que el fútbol quizá, no seria el mismo. Pocos son capaces de
negar que es el mayor deporte de todos los tiempos. Yo no me atrevo a negar algo
que es una evidencia. El problema es que desplace tradiciones y cercene la
elección de jóvenes por desinformación sobre otros deportes, privándolos de todas las
posibilidades de la práctica polideportiva y de una oferta plural. Claro que eso
ocurre más en algunos países que en otros.
Edu: En este caso, veo
que la dinámica es natural y legítima, aún que sea algo lamentable. Claro que
el chico que conoce solo el fútbol pudo haber dejado de ser un excelente
nadador o practicar otro deporte más 'sano'. Pero ¿cómo solucionarlo? Si los
sistemas educativos funcionasen de una forma más plural - y en ese punto los norteamericanos
saben lo que hacen -, el deporte haría parte del currículo escolar, en todo el
mundo. Quizá sea la única solución. quizá...
Carles: En las escuelas, en
centros culturales y deportivos municipales, en cada barrio. No estoy en contra
del fútbol, pero defiendo que se dé la misma oportunidad para que los críos puedan
conocer y enamorarse de otros deportes. Es más que probable que, de todos
modos, el fútbol seria el ganador. Un justo ganador.
Edu: Me parece que el
romántico aquí eres tú. Más tú...
Carles: Nunca lo he negado.